domingo, marzo 26, 2006

“DÍAS EN GARDEN STATE” DE RICK MOODY: UNA CERTERA RADIOGRAFÍA A LA INDOLENCIA, ENAJENACIÓN Y SOLEDAD DE UNA GENERACIÓN ESTADOUNIDENSE.


La sociedad chilena, recién terminada la dictadura, transitó por los estados de esperanza y decepción al ver que la máxima de “la alegría” que venía (que quizás por la misma generalidad y ambigüedad de su significado) no se plasmó en nuestro espíritu todo lo que soñamos. A este respecto, uno de los segmentos más golpeados por ésta realidad concreta fue el juvenil, cuya desazón, apoliticismo, desidia, etc. fue objeto de discusión, crítica o, incluso, justificaciones que, en general, no trataron el tema con la total profundidad que ameritaba a excepción de algunos notables, pero contados, casos. No soy el encargado de formular el acertado diagnóstico de la época, pero debo hacer patente que la falta, primero, de testimonios experienciales de los jóvenes de la época fue una de las causas del anémico esfuerzo por radiografiar especialmente la realidad de los 90’s en nuestro país.
Lo anterior lo reflexiono a la vez que me acuerdo de “Días en Garden State” de Rick Moody, obra cuya data de nacimiento se remonta, en EE.UU., hacia 1992. En este testimonio Moody realiza una verdadera vivisección a la juventud de la época en su país (Garden State es el seudónimo para referirse al estado de Nueva Jersey), mostrando descarnadamente el abundante cúmulo de patologías sicosociales de que era presa la generación de la que el autor se sentía perteneciente. Realiza un testimonio personal de la abulia, adicciones, desesperanzas, etc. que son el resultado de una realidad impersonal, cruda, posmoderna (en su peor sentido) con una certera prosa, que nos traslada de escenarios y nos cambia personajes con una suerte de mezcla entre vértigo y cansancio (¿drogas y alcohol versus desesperanza?) cuya contradicción, en sí, no exaspera ni cansa. De esta manera, un grupo de jóvenes que vive en “Garden...” ve acercarse el futuro y los desafíos propios de la “madurez” con una incertidumbre y desidia a los que sus años de “irresponsabilidad” no los habían preparado, en ese sentido se encuentran en un limbo cuya máxima es lo cambiante del mundo que los rodea y lo inmóvil que es su existencia en la periferia de esos cambios. Pero poco a poco empiezan a entender que tienen un papel en la obra y empiezan a enfrentar los conceptos “elección y decisión”, de manera inédita para ellos, en los cuales la ayuda de la música, el alcohol, las drogas o el sexo y sus consiguientes procesos de alienación, es nula.Moody tuvo un éxito inmediato con su novela a la que posteriormente incorporó un prólogo (en 1997) en que manifiesta como el vértigo, lo patético y heroico de su protagonista: Lane, fueron características que representaron en cierta forma su propia experiencia que se expresaron en su propio alcoholismo (de ese entonces), en sus ataques “de pánico, fobias, intensas depresiones” que finalmente lo terminaron recluyendo en un hospital siquiátrico, lugar del que posteriormente salió fortalecido pudiendo testimoniar su vivencia en “Garden...”.
“Garden...” no sólo es una novela, es una crónica que desviste la enfermedad de la juventud estadounidense de fines de los 80’s y comienzos de los 90’s (¿y porque no nos proyectamos confianzudamente a toda la sociedad gringa?) con una escritura que, así como los beat escribían al ritmo del jazz, tiene ritmo de thrash, punk, grunge o la mezcla de todo aquello. Y este canto, tal como los estilos mencionados, es un grito desesperado ante la incertidumbre de como afrontar la realidad, de como enfrentar nuestro tránsito (cada vez más traumático) al mundo de la “adultez” y las “responsabilidades” con las mínimas armas que la misma sociedad no entrega para vivir en ella.Rick Moody forma parte de una nueva cuadrilla de la literatura norteamericana que no tiene un nombre claramente autodefinido, aunque en ese sentido Rodrigo Fresán entrega un concepto que me parece, aparte de curioso en sí, acertado: una camada de “freak-barrocos”, que merecen de sobra ser atendidos, reflexionados y en el caso de “Garden...” comparados con nuestra propia realidad y en este ejercicio a lo mejor encontramos sutiles, y a la vez desafortunadas, coincidencias.
Freddy

Esto comienza gracias a los libros... para todos tu solo


Nada más, comentarios cortos sobre libros que nos gustan...Nos vemos.